Unos se van, otros se quedan.

¿Qué hay de Ibiza para la temporada en curso? La temporada evoca la letra y el modo que cantaba todo un Julio Iglesias allá por el año 1969: ‘Las obras quedan, las gentes se van / otras que vienen las continuarán / la vida (pongamos en Ibiza) sigue…. igual’.
La isla tiene su punto caótico, pero la cosa ha llegado a un termino difícil de definir. En un país sin gobierno como el nuestro, el verano ibicenco pone una nota de cierto orden y de continuidad de la vida, que es de agradecer. La salida más bizarra de la temporada hasta ahora es de la revista Vicious, donde en un artículo se especula si el resultado electoral en España habría cambiado de haber incluido Podemos la música electrónica en sus mítines. ¿Se imaginan?

Gentes que se van.. y volverán

El gran adiós de esta temporada es el del jovenzuelo sueco Tim Bergling, o sea, Avicii, Parece que una dolencia física y un posterior viaje exploratorio por Estados Unidos le han mostrado una señal para hacer otra cosa. Con 26 años, Avicii es un símbolo de lo mejor y de lo más discutible de la electrónica, parte Eurodance de muchos decibelios y más hormonas, otra de parte Electronic Dance Music (EDM) – ambos géneros tan amados como odiados-. Pero Tim tiene talento y si se cuida, seguro que pronto volverá a Eivissa con una fiesta aún de mayor calidad.

Dos despedidas marcan la temporada, el adiós de Tim Bergling ‘Avicii’ de Ushuaïa y Pepe Roselló de Space

Otro genio del techno, Richie Hawtin, se lleva su fiesta de inspiración japonesa Enter de Space. Pero lo mismo: conocemos desde hace mucho a tiempo a Hawtin como para saber que regresará a lo grande cargado con enormes barricas de sake y rodeado de una corte de geishas con la frente tatuada con un círculo negro desde donde emana el elixir del musicsake. De momento se va a los domingos de Pachá de Solomun + 1, y vaya 1 !

La gran despedida de Space

Los funerales electrónicos de la reina Space son la gran despedida de este verano. Sin embargo promete ser un funeral divertido, no apto para nostálgicos. Space, un fenómeno musical y hasta sociológico – con sus tribus de británicos, alemanes, europeos, norteamericanos – se retira con 27 años a sus espaldas-. En julio celebró su fiesta aniversario y la fiesta de cierre final de octubre no será apta para nostálgicos. El tiempo se agota para bailar en el mítico espacio. No habrá más: su destino se juega entre volverse una sucursal de Ushuaïa o de Carrefour (esperemos que lo primero). Es el final de todo un mundo musical del club donde los últimos aviones aterrizan sobre tu cabeza.
Hasta el gigantesco Carl Cox deja con cierto pesar su residencia en el club de la Platja d’en Bossa para seguir probablemente los pasos que de su alter ego empresarial y profesional, Pepe Roselló, por las colinas o la urbe de Sant Antoni. Como bien dice Carl: «Somos como un matrimonio… de distinta edad, y Pepe ha sido también como un padre para mi». Matrimonio y paternidad son difíciles de conjugar pero la sociedad Cox-Roselló ha funcionado de maravilla en el espacio más innovador del ocio nocturno local, Space. Una dicotomía funcional.

Los móviles y la redes amplifican los que sucede en Eivissa y su efecto llamada multiplicativo se nota más que nunca en agosto.
Los móviles y la redes amplifican los que sucede en Ibiza y su efecto llamada multiplicativo se nota más que nunca en agosto.

Erick Morillo, vuelta a tiempo

Otro que se ha ido un tiempo es el gran Erick Morillo, tras su confesión en declaraciones a Pete Tong durante el IMS (International Music Summit) sobre su adicción a la ketamina. Unas sesiones de recuperación y como nuevo, esperemos que reencuentre su talento. Erick trata de buscar de nuevo su hueco en la cumbre electrónica donde ha sido un príncipe encantador de pistas de baile y bellas mujeres, hasta caer en brazos de la hermana ketamina, chica peligrosa que le arrebató media alma.
Morillo es un tipo duro, curtido en duras batallas y ha vuelto con ganas de demostrar su vigencia como conductor de clubbers. De momento se deja ver poco pero su presencia irá aumentando a medida que su cerebro recupera la imaginación electrónica.

Otros que vienen las continuarán…

Parece que en la future dance nunca pasa nada: en la electrónica, las obras se quedan, pasan fácilmente de unos a otros. Los que están y los que vienen reciclan todo el tiempo.
Por ejemplo, en los estilos. El EDM es una apuesta segura todavía (aunque no sabemos cuánto durará como tal). David Guetta es algo más que eso, y sus producciones internacionales le avalan entre los grandes, te guste más o menos. El house es siempre una apuesta: basta ponerle delante un future y ya tenemos el future house. Original, ¿verdad? Martin Solveig es un claro ejemplo de esta nueva nomenclatura.
Pachá, el club de las cerezas, continua imbatible. Aloja a muchos de los dj’s y productores mencionados anteriormente. Y hace honor a los clásicos en vida, los que nunca se van y todavía no están de vuelta de todo: Armand van Helden o Bob Sinclar.
Siguiendo con los estilos nos tropezamos con el house y minimal con punto canalla de Insane – que pese a su nombre ha mejorado muchísimo, y mezcla a Luciano con Hot Since 83 y Nic Fanciulli.

¿Se vende Pachá?

Entre rumores de venta a los chinos o asiáticos a los que solo les interesa comprar el logo de las dos cerezas para estamparlas en calzoncillos multicolores, condones, abanicos o drones, el club de las cerezas mágicas vive una temporada tranquila, dúctil y sin los sobresaltos de Aoki y compañía. Guetta, Sinclar y Solomum+1 son el triunvirato que mantiene en la pole position al imperio de Los Urgell (buena nomenclatura para el nombre de un grupo de música, o de bailongos, que diría el gran Ricardo Urgell). El fenómeno comercial y artístico de Pachá debería ser de obligado estudio en los cursos de marketing familiar, marketing inventivo o sobre todo marketing y creatividad comercial intuitiva en las universidades y escuelas de másters.
No muy lejos de allí, en el brazo de la ‘Milla de Platino’ que se adentra en Marina Ibiza, prosigue de ‘Lío en Lío’ otro referente de las noches globales con música, circo, erotismo, diversión y espectáculo de todos los estilos, desde la electrónica al jazz, desde el soul a la salsa.
La tríada se completa con un Destino que busca diversificarse, y de pronto se trae a Rafael Amargo a bailar entre las mesas del restaurante, o anocheceres de jazz.

Soft Pop en Hard Rock

El rock-pop nunca muere, y algunos rockeros tampoco. Continúa Children of the Eightees en el Hard Rock Hotel de Platja den Bossa, la fiesta ochentera con el punto nostálgico. El hotel donde cuelgan instrumentos, chaquetas, reliquias, trapos, fotos y recuerdos de los reyes y divas del rock comenzó con un gran cartel de grupos de rock de altura en sus dos primeras temporadas para ir descendiendo al mundo del pop dulzón de Sabrina y Samantha Fox, los sonidos latinos y raperos británicos para derivar en una fiesta de música pop con sentido que rememora la música de una década prodigiosa de a música de baile … de baile-baile.
Ushuaïa es como un imperio del beach club, y las estrellas pasan por allí incansablemente. Pero, de manera muy notable este verano, quizá porque dura el cansancio con el dj sobrepagado en Ushuaïa dejan que la gente joven local y los nuevos talentos nacidos en la unidad materno-infantil de la música de baile de Eivissa se reivindiquen en Platja d’en Bossa como Los Suruba, Uner, o (en Pachá) los 2Vilas. Pero, ausente Avicii, la fiesta de Ants es quizá la oferta musical más sorprendente en un día fuerte como es el sábado, y te deja un hormigueo duradero en el cuerpo con ese ritmo irresistible de un line-up que encabeza Andrea Oliva, y que sigue con un largo etcétera de dj’s y productoras como Francesca Lombardo o Maya Jane Coles.

El underground maldito de DC 10

Un kilómetro más allá están los dj’s más underground en el maldito DC10, siempre fuente de inspiración de malotes raperos y famosos con ganas de algo fuerte, el único sitio en la isla en el que antes o después se termina pinchando. DC 10 se ha convertido a base de ser referencia del underground urbano local en una universidad del dark electronic que ha dado paso al future techno de hoy en día. Música exenta de melodía con poderosos ritmos itinerantes que suben imaginativamente a los clubbers en los aviones que pasan por encima a pocos metros del techo del viejo reactor americano McDonell Douglas DC10. En este viaje químico y experimental solo ha cambiado la velocidad a la que se baila.

El lujo del ocio y la gastronomía marca la tendencia del momento.
El lujo del ocio y la gastronomía marca la tendencia del momento.

Otras alternativas

El pequeño geniecillo israelí Guy Gerber pincha en unas cuantas sesiones escogidas. También ha re-aparecido por la isla John Morales, el músico y productor de cientos de remixes de los 80 y 90, nacido en el Bronx, N.Y., y de ahí al Km 5 de la carretera de Sant Josep. Y claro, hay excelentes dj’s dispersos en chiringuitos de playa y restaurantes – algunos carrozones que llevan décadas – que sorprenderán como Chema, un desconocido de Soria que pinchaba en Malibú, John de Sa Trinxa o el mísmisimo José Padilla que aparece y desaparece como el Guadiana en función de su estado musical.
A una distancia sideral (en lo musical) pero irresistiblemente festiva, a su manera y sin complejos, la muñeca de la espuma y los diamantes Paris Hilton sigue divirtiendo a muchos, bajo las capas de líquido globular, que solo buscan eso (aunque no es poco): falta solo que Hilton funde una ONG en Ibiza, nada de extrañar ya que está sumida en colaboraciones benéficas y en su fiesta infantil para niños discapacitados con espuma incluida ….Y todos contentos.

… Ibiza sigue igual

En resumen, Ibiza sigue igual, generando múltiples ofertas alternativas como la de WoonMooN en Cova Santa que se abre a la sensibilidad oriental y los nuevos ritmos. Las fiesta privadas proliferan por doquier y compiten a escala menor con los eventos clubbers.
Porque como dice la famosa canción: ‘Siempre hay por quien vivir y a quien amar / Siempre hay por qué vivir por qué luchar’.

 

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